Entre las localidades de Bermeo y Bakio, la costa vizcaína es un lugar agreste en el que destaca por su belleza la isla de Gaztelugatxe. El acceso a ella es espectacular. Un estrecho camino que parte de tierra firme y cruza sobre las rocas por un puente de piedra permite llegar hasta la zona superior del islote después de ascender 237 escalones (ó 229 ó 231 según las fuentes, que yo nos los conté).
En la parte más elevada se ubica una ermita dedicada a San Juan, cuyas raíces parecen ser templarias y que fue levantada originariamente allá por el s.X. Su interior alberga numerosas ofrendas de marinos que han sobrevivido a algún naufragio.
Es tradición extendida que una vez alcanzada la ermita hay que tocar la campana que allí se ubica tres veces antes de pedir un deseo. Sin embargo, no es esta la única costumbre relacionada con la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Cuando salen a faenar, los barcos de pesca bermeanos suelen realizar varios giros a babor y estribor buscando la suerte que les pueda dar el santo. Los huecos que existen en las escaleras y que son identificados como las huellas de San Juan, tienen otorgádos distintos poderes curativos (se meten los pies en ellos esperando que sanen o se dejan pañuelos o chapelas para que desaparezcan los dolores de cabeza).
Debido a su situación estratégica, la isla de Gaztelugatxe ha sido a lo largo de la historia objeto de distintas disputas. Así en 1334 fue uno de los lugares donde se enfrentaron el rey Alfonso XI de Castilla y Juan Nuñez de Lara, Señor de Vizcaya. A finales del s.XVI fue saqueada en un ataque corsario y en el s. XVIII asaltada por tropas inglesas. Ya durante la Guerra Civil española se produjo en sus aguas la batalla del Cabo de Machichaco que enfrentó a republicanos y sublevados.
Debido a su situación estratégica, la isla de Gaztelugatxe ha sido a lo largo de la historia objeto de distintas disputas. Así en 1334 fue uno de los lugares donde se enfrentaron el rey Alfonso XI de Castilla y Juan Nuñez de Lara, Señor de Vizcaya. A finales del s.XVI fue saqueada en un ataque corsario y en el s. XVIII asaltada por tropas inglesas. Ya durante la Guerra Civil española se produjo en sus aguas la batalla del Cabo de Machichaco que enfrentó a republicanos y sublevados.
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